Si miramos las manos de cualquier persona que escale a menudo, veremos unos dedos fuertes con una piel muy gruesa. No es más que una adaptación que les permite estar más tiempo pegados a la roca.

Si es la primera vez que te cuelgas de una cuerda, habrás notado que la piel de la mano sufre. Es normal, a medida que la piel se endurezca, te resultará más fácil de tolerar.

El problema viene cuando nuestro volumen de entrenamiento supera la resistencia de nuestra piel y se producen heridas. Sobre todo cuando ya tenemos grandes callos en las manos y estos se nos arrancan.

Es algo habitual en las academias de bombero y en los box de crossfit. Muchas dominadas y grandes callos. La recomendación sería mantenerlos a raya, bien con crema hidratante o bien arráncandolos de forma controlada. Así habrá menos probabilidad de que se desprendan y formen grandes heridas.

En serio, te están sangrando las manos, ¿por qué no te vas a casa a untarte blastoestimulina y descansar? No es milagrosa pero la blastoestimulina te ayudará a cicatrizar. Mejor aún es la crema VIT A+D pero solo la venden en las farmacias militares y normalmente está agotada.

Veo que sigues leyendo, espartano. Esparadrapo, magnesio y a completar el entrenamiento. Ya limpiará la sangre de la cuerda el dueño del gimnasio.